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La seguridad en la nube permite a las empresas tener colgada la información necesaria, y que ésta se consulte desde cualquier lugar, a cualquier hora y en cualquier dispositivo. Además, los trabajadores autorizados acceden sin problema, sin sobrecargar sus dispositivos de trabajo y sin necesitar herramientas específicas para cada documento. Por supuesto, estas plataformas cumplen con las normativas LOPD y RGPD, lo que supone un plus para evitar posibles sanciones.

Actualmente, más del 50% de empresas han contado con sistemas de seguridad en las nubes digitales en el último año. De hecho, muchas de las que no disponen de ningún tipo de seguridad en la red, han tenido que soportar importantes pérdidas económicas. Este tema que cada vez está más encima de la mesa de muchas empresas, ya que cada vez preocupa a más compañías.

La aseguradora Hiscox ha realizado un amplio estudio con más de 5.000 organizaciones participantes pertenecientes a diferentes países. Entre otras conclusiones, este estudio muestra que un 51% de empresas Españolas informaron de haber sufrido un ciberataque en el último año; en lo que se refiere a los puntos de entrada de estos ciberataques, el 38% fue por alguna vulnerabilidad originada en la nube.

Con la proliferación de las tecnologías basadas en la nube, aumenta la demanda de seguridad en la misma. Proporcionar la detección y eliminación de amenazas para las tecnologías que avanzan es más importante que nunca. La seguridad en la nube hace referencia a la práctica de proteger la integridad de las aplicaciones, los datos y la infraestructura virtual basados en la nube.  El término se aplica a todos los tipos de servicios y soluciones a la carta basados en la nube (IaaS, PaaS, SaaS).

Los recursos y las cargas de trabajo en la nube están expuestos a una amplia variedad de amenazas de ciberseguridad, como las filtraciones de datos, el ransomware, los ataques DDoS y de phishing. Los ciberatacantes pueden explotar las vulnerabilidades de la seguridad en la nube, utilizando credenciales robadas o aplicaciones comprometidas para perpetrar ataques, interrumpir servicios o robar datos confidenciales. Disponer de sistemas y prácticas de seguridad en la nube sólidos es fundamental para mantener la disponibilidad de las aplicaciones vitales para la empresa, proteger la información confidencial y garantizar el cumplimiento de la normativa.

 


Los servicios en la nube pueden representar una amenaza, especialmente si no tomamos medidas adecuadas.

Cuando algo se convierte popular, cuando un servicio o herramienta cuenta con muchos usuarios, los ciberdelincuentes ponen allí todos sus esfuerzos. Como decimos, la nube se ha convertido en algo muy popular en las empresas. Los ciberdelincuentes pueden atacar este tipo de servicios para robar información de una empresa, acceder a los equipos de la víctima y, en definitiva, poner en riesgo la seguridad de la compañía.

Puede ser difícil gestionar la seguridad de los datos en la nube, ya que no tiene perímetro: no es un simple caso de añadir una solución antivirus a su servidor interno. Para protegerla, se trata más bien de delegar en procesos de autorización eficientes y encriptación de datos.

Dentro de la importancia de la seguridad en la nube se encuentra la reducción de costes para la empresa, eso implica la poca intervención humana generando descuido sobre su control. Es por eso que, junto con la migración a este servicio y la digitalización del dato, se deberían implementar medidas ciberseguras como las siguientes, para que esta ventaja no se convierta en una pesadilla para nuestra empresa a largo plazo:

  • Proteger el acceso a la nube con MFAs eficientes y novedosos, y evitar aquellos como los SMS, OTPs... Tengamos en cuenta que estamos hablando de que será el futuro foco de los ciberdelincuentes, por lo tanto, proteger estos accesos con medidas que actualmente ya están siendo vulnerables, no sería eficaz.

  • Implementar sistemas capaces de llevar a cabo una monitorización de accesos nos permitirá tener el control de lo que está sucediendo en la nube, de tal modo que seremos capaces de anticiparnos y reducir nuestro tiempo de respuesta ante incidentes.

  • Contar con un IDS, sistema de detección de intrusos. Estos sistemas no solo nos ayudarán a no permitir accesos no autorizados, sino que, podremos generar diferentes reglas que nos ayuden a gestionar los accesos no autorizados, permitiéndonos tener mayor seguridad desde el momento cero de los accesos indebidos.

La plataforma de gestión de identidades digitales permite eso y mucho más, siendo capaz de integrarse en sistemas cloud actuales como Azure, Google Service, AWS... y mucho más, permitiendo un control total sobre este sistema de seguridad digital, una digitalización de nuestra empresa segura nos llevará a tener un día a día seguro y eficiente.

En conclusión, la seguridad es la mejor garantía para los trabajadores y para conservar o preservar los datos de las compañías. Por lo que, frente a la gran demanda de migración a las nubes digitales, vendrán adheridas nuevas vulnerabilidades, sin ninguna duda, pero en la medida de lo posible las empresas deberán planificar dentro de esta estrategia de migración de datos y servicios en parte destinada, una vez más, a la ciberseguridad y el cumplimiento de las regulaciones en materia de privacidad de datos. Éste será sin lugar a dudas uno de los retos principales para este futuro próximo.

 

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